lunes, 9 de julio de 2012

Capítulo 1. La Cruda Realidad. Pt.2

Solo una palabra para definir ese momento: agua. Todo mi alrededor es agua pero a mí no me molesta.
Llevo todos estos días con constantes ataques de nervios y llorando en cada rincón. Me siento estúpida, y lo peor de todo es que soy débil. Debo cambiar, ser más fría y segura de mí misma, en estos momentos me gustaría ser alguna de las protagonistas de mis libros. En los que el chico la ama hasta dar la vida por ella, y ella le corresponde. Las protagonistas de mis libros son fuertes y nunca demuestran sus debilidades a los demás, debo ser como ellas y aprender de los errores que he cometido.

Esto ocurrió hace dos días, desde entonces llevo una máscara que cubre todas mis inseguridades. Pero ahora... me encuentro sola, en medio del mar y en medio de la nada. Hay que ser fuerte, me recuerdo a mí misma una y otra vez.
-Vamos Dakota... No dejes que te vean débil... -Susurro para mí misma, dándome ánimos.
Y con fuerzas renovadas salgo del agua, con una gran sonrisa y empapada. Hago una coleta a mi pelo rizado y empiezo a salir hacia la orilla.
-Eh tú... -¿Me llama a mí?
Me doy la vuelta y lo confirmo, una chica rubia con unos preciosos ojos azules me saluda agotada.
-¿Querías algo?
-Sí, pero veo que estás tan perdida como yo...
Sonrío, menudo personaje. Por fuera parece una de esas niñas pijas y consentidas, pero en realidad es una chica fuerte y rebelde. Y en los siguientes minutos que estoy con ella se confirma.
-¿Cómo te llamas rizos? -Me pregunta tras unos segundos de silencio, en los que estamos tumbadas en la arena.
-Dakota. ¿Y tú eres...?
-Ranun.
La miro y veo que sonríe, ¿siempre será así? Ni idea, pero igualmente ahora tengo otros problemas...
Pero de repente, algo cambió. Algo me dijo que no era una buena idea quedarme allí, así que seguí mis instintos y me adentré en el bosque. Mire para atrás y comprové que todas me seguían, seguro que si me pierdo me echan la culpa. Me encogí de hombros y continué caminando.

-Chicas, siento haber llegado tarde. -Una mujer de unos treinta y tantos años se acerca a nosotras corriendo, sí ha llegado un poquito tarde.
-No te preocupes Renata, esta chica de los rizos nos ha traído hasta aquí.
Y es girarme y ver a una chica morena que me sonríe cuando la miro. ¿Me han dado las gracias? Supongo que de algún modo sí.

-¿Cómo has conseguido encontrar las cabañas? -Me pregunta la mujer sorprendida.
-Yo... Solo me he dejado llevar. -Quería haber sonado más segura pero al principio me he quedado sin palabras.
-Bueno, sea como sea ya estáis aquí. Ir entrando a vuestras cabañas y cambiaos de ropa.

Todas asentimos y nos dirijimos a entrar, pero una estupidez de cometí me llevo de nuevo a la locura. Fue girar la cabeza un segundo, verle, y no poder contener el llanto.

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho el capítulo reescrito, y todo queda, tras la explicación del anterior, mucho más claro que en el original.
    :).
    ¡Sigue reescribiendo, y no tardes mucho con el siguiente (es necesario para mi salud xD)! Un beso ;)

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    Respuestas
    1. Muchísimass gracias Dillaardi!
      Seguiré reescribiendo unos cuantos capítulos más!
      Besoss

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