jueves, 8 de noviembre de 2012

Capítulo 10. Cuadrantes 4, 5 y 6


Ocho de la mañana, imposible dormir más. Menos mal que tenemos hasta la noche para llegar al puente, a partir de ahí empezaría lo difícil.

-Venga Didi.

Altea no para de meterme prisa y yo tenía que hacer algo para que me diese tiempo a recuperarme.

-Dime una cosa, -ella se para y me escucha -¿cómo haces para aguantar todo eso?

-Al final te resignas, sacas fuerzas, y asumes que las cosas son como son, casi nunca como a ti te gustarían.

Sin palabras, soy incapaz de decir nada más hasta que llegamos a la montaña.

-Ma… -voy subiendo la cabeza hasta arriba –dre…

-Siento que tu madre no esté aquí para ayudarte.

-Yo soy mucho más fuerte que mi madre.

-Lógicamente, los hijos deben ser más fuertes que los padres. –Altea mira la montaña por todos los lados. –Sino acabaríamos todos tontos.

Termina en un susurro mientras observo cómo se aleja por la derecha. ¿No pretenderá rodear la montaña no?

De repente, es como si mis ojos siguieran un camino de salientes en la montaña. Y como si no fuera dueña de mi cuerpo empiezo a escalar. No soy consciente de que Altea me llama hasta que siento un corte en la mano.

-¡Dakota!

Escupo un par de tacos y miro hacia abajo. Solo he subido dos metros así que serán fáciles de bajar.

-¿Qué es lo que te pasa?

-¿Qué hacías ahí arriba? ¿Matarte?

-Altea, ¿sabes escalar?

Ella me mira con los ojos abiertos y luego dirige su mirada hacia la cima de la montaña.

Veo que no contesta, se ha quedado to´ loca, como diría mi hermana. Me quito la mochila, busco un rollo de vendas y me la pongo en la mano izquierda.

< Y yo que pensaba que no me servirían para nada >

-No creo que puedas escalar con la mano así. –Llevaba un rato en silencio, y cuando habló solo dijo eso.

-No te preocupes, llevo toda mi vida sin sentir las heridas. Bueno, más bien paso de ellas.

Altea se encogió de hombros y me hizo un gesto con el brazo para que fuera yo primero.

Empecé a escalar y pensé los metros que necesitaríamos subir para poder llegar al otro lado. Claramente no la escalaríamos entera, nunca terminaríamos. Calculo que con unos treinta metros será suficiente.

<Treinta metros… Treinta metros…>

No podía parar de pensar en que era mucha altura, y cuando ya estábamos a 10 metros recordé mi miedo más profundo, el vértigo.

No, debía concentrarme en otra cosa. Pero lo único que se me ocurría era Spike. Empecé a pensar en sus ojos, su mirada verde que podía hacer a los ángeles caer. También pensé en su sonrisa, divertida y romántica. Sentí su mirada clavada en mí y sus ojos me hechizaron. Todo a mí alrededor se volvió verde, aun que nuestro cielo estaba naranja, sus ojos de nuevo seguidos de sus labios… Revolotear su pelo rubio como si fuera un crío.

 
< ¡Funcionó!>

Grité dentro de mí, habíamos llegado más allá de los treinta metros y solo era mediodía.

-Madre Didi. –Altea cogía aire rápidamente y oía como le faltaba el aire. –No sé en qué pensabas cuando subíamos, pero parecía que volabas en vez de escalar.

Sonreí roja como un tomate, y avergonzada de haber pensado tanto en Spike.

-Puede que lleguemos a tiempo.

Las dos miramos al horizonte y asentimos. Era hora de dar la vuelta a la montaña y bajar.

Silencio mientras subimos, silencio mientras pensamos y también silencio mientras bajamos. Entre nosotras todo se remonta a silencios en los que nadie sabe qué decir, pero están lejos de ser incómodos.

-Debes tener cuidado.

< ¿Eso a qué viene? >

De verdad, no entiendo muchas de las cosas de las que habla Altea.

-¿Por qué lo dices?

-Dillaardi está en el equipo Aphrodite, -sigo sin entender nada, hasta que dice-: con Spike.

Abro los ojos y Altea solo se encoje de hombros. Empiezo a bajar más que rápido, tropezando un par de veces y llegando al suelo de culo.

Espero unos segundos a que Altea llegue, así que en cuanto sus pies tocan el suelo salgo corriendo hacia el cuadrante 5.

Hemos conseguido saltarnos la colina y ya nos encontramos en el otro lado del río. Pienso en que no tenemos por qué estar en peligro, solo hemos hecho un poco de trampas. Intento convencerme a mí misma mientras sigo corriendo, pero en el fondo sé que es mentira. No nos pueden matar, sino se enfrentarían a los ciudadanos de Persae, y no creo que el Comandante quiera eso.

Sentía ganas de llegar junto a Spike, y poder apartar a esa lagarta de en medio. Pero mi corazón me decía que debía confiar en él… y con mucho esfuerzo, logre parar de correr.

-¿Por qué te paras? –Altea llegó a mi lado con cara de perplejidad.

-Confío en Spike.

-¿Qué…?

-¡Qué confío en…!

-Ya te he oído, –me cortó –vale que confíes en tú novio pero todos los chicos son iguales. Y Dillaardi tiene un nuevo objetivo.

Altea me hizo un gesto con la cabeza y mire hacia delante, estábamos a un kilómetro de ellos y se podía ver como Dillaardi intentaba acercarse a Spike, la lagarta esa está intentando hablar con él. Pero en realidad ella no le quiere, solo busca lo que busca.

-Será asquerosa…

Siseo entre dientes.

Corro tras ellos y veo como Altea sigue andando a su ritmo, no tiene intención de correr. Creo que cree saber cómo terminará todo, pero yo no lo permitiré.

-¡Spike!

Mi grito atrae su mirada y la de Bradlee, que primero sonríe y luego solo consigue bajar la mirada cerrando los ojos fuertemente.

-¡Didi! –Corre hacia mí y me coge en sus brazos. -¿Dónde te habías metido?

-Por ahí… -Me hago la interesante y le planto un beso. Sonrío con los labios pegados a los suyos y susurro-: Te ganaré amor.

Él solo sonríe y empezamos a correr. Veo como todos los equipos luchan por llegar los primeros. Llegamos al barranco y todos movemos la cabeza a todos los lados. Me separo de Spike a duras penas, pero añade:

-Te esperaré en la meta amor.

Me guiña un ojo y siento que mi corazón se derrite. No me da tiempo en hacer nada más porque Bradlee ya me ha cogido del brazo y me arrastra detrás de los árboles. Allí ya se encuentran Ranun, Trisha y Asad.

-Nuestro puente está detrás de esos árboles. –Todos seguimos con la mirada el sitio al que señala Bradlee.

-¿Y cómo haremos para cruzarlo?

-Fácil Dakota, es solo un puente y no creo que pase nada extraño.

Bradlee parece tan seguro que me contagia, yo asiento y les sigo.

Ante nosotros se encuentra, la pesadilla que recorre mis pesadillas. Un enorme puente une un lado con el otro, pero lo peor es el fondo.

-Dakota yo…

-Déjalo Bradlee. –Pone una mueca y veo que le he hecho daño. – ¿Luego hablamos vale?

Él sólo asiente, triste y decaído. Le veo alejarse cabizbajo hacia el puente, y me doy cuenta de lo mucho que echo de menos tenerle cerca como mi mejor amigo.

-¡Eh Brad! –Parece que se alegra de que le llame de nuevo así, y gira su cabeza con una sonrisa. –Te ganaré.

Y salgo corriendo pasándole por la izquierda.

Nos encontramos ya en el medio del puente y puedo ver como el Equipo Zeus lleva más camino que nosotros. Al fijarme en ellos mi mirada se desvía hacia abajo, y mis ojos se abren muchísimo.

-Dakota, ¿estás bien?

Yo solo puedo negar y noto como pierdo color. Siempre que siento vértigo me vuelvo pálida como un fantasma y mis labios se vuelven blancos.

Brad mira hacia el vacío y tengo miedo de que se caiga. Le cojo del brazo y él me abraza, pero un poco lejos de mí no como Spike.

-Venga vamos, confía en mí.

-Es que… tengo miedo de caerme. –Mi susurro hace que se le ericen todo los pelos de los brazos, y veo que estaba muy cerca de su oído.

-El miedo mata a más personas que las guerras. Recuérdalo ¿vale?

Yo asiento y terminamos de cruzar el puente de la mano. Compartimos un silencio que hace que volvamos a ser los mismos, no quiero volver a perderle.

-Muy bien chicos, veo que todos habéis llegado vivos –veo como Renata me mira a mí- a la meta. Pero solo puede haber un ganador y ese es…

-¡El equipo… Ares!

No me sorprende nada. El pelirrojo encontró su puente y Rea y Nina fueron las primeras en llegar. Paul y Álex tampoco se quedaron atrás y llegaron un segundo después de Ranun y Asad.

Todo el equipo Ares salta de felicidad por haber ganado su primer reto y los demás solo nos quedamos a ver como lo celebran. No me importa no haber ganado, tengo buen perder, pero creo que no me interesaba ganar. Solo buscaba volver a reunirme con Brad.

5 comentarios:

  1. Me encanta Cris!!! Es genial, de verdad!! No tengo ni siquiera palabras para describirlo!! Me ha encantado.
    Un beso, querida

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  2. ¡Con Braaad! ¡Aiiis, qué monosos!
    Triángulo amoro... Bueno, cuadrado si contamos conmigo jejeje. ¡Que tiemble el Cielo y la Tierra, que la lagarta está en el equipo Aphrodite y os aplastará a todos con su cola!! Muajajaja (deliro, ya lo sé)...
    Muy bien capítulo Criskti ;). De verdad que cuando Dakota se fija en el pobre Brad, la que se derrite soy yo. Si es que tan... achuchable xD.
    ¡Un beso!

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  3. Me encanta!! Increiblemente genial, el siguiente!

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  4. Genial el capítulo! Me ha gustado mucho, ¡Adoro a Brad! ^^
    Quiero el siguente ya!

    ¡Un beso!

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  5. Me encanta tu blog! me parece que escribes genial :) yo acabo de empezar uno y me gustaria que te pasaras y me siguieras:
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    podrias afiliarme?? :) muchisimas gracias

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